LA VENGANZA DE LA GEOGRAFÍA, ROBERT. D. KAPLAN
Cuando pensábamos que el debate sobre el determinismo
geográfico había quedado atrás, aparece la obra de Robert Kaplan, periodista,
analista político, escritor y viajero estadounidense, para situarnos desde una nueva
perspectiva extraordinariamente interesante, la posible relación existente
entre la geografía y su incidencia en la historia de los pueblos.
Su obra “La venganza de la geografía: como los
mapas condicionan el destino de las naciones” se ha convertido en un objeto
necesario de lectura para conocer la actualización conceptual de un tema de
amplia discusión en la geografía y que nos aproxima nuevamente al determinismos
geográfico en una versión moderna
“Aquellos que olvidan la geografía nunca pueden
derrotarla” Ese es el mantra del nuevo libro de Robert D. Kaplan que Jorge Pisa
de Culturalia http://blogculturalia.net/ nos presenta en
una corta e interesante crítica que nos adelanta a esta obra de obligatoria
lectura para todo geógrafo.
Por Jorge Pisa
CRÍTICA: LA VENGANZA DE LA GEOGRAFÍA, ROBERT.
D. KAPLAN, RBA
Ya cuando un servidor estudiaba historia, uno
de los debates siempre latente en las aulas era el de establecer cuál era la
íntima relación existente entre la geografía y la historia de las sociedades
que se forman y actúan sobre ella, un debate que se podía plasmar en períodos
concretos como el de la historia de la Grecia clásica, la creación y caída del
Imperio romano, la feudalización de Europa en la Edad Media e incluso en el
origen y desarrollo de la industrialización y la creación del mundo moderno. Esta
era una polémica en la que participaban aquellos que sostenían el determinismo
de la geografía y los que defendían el protagonismo del genio humano en su
historia.
En esa
misma línea de debate presentó en septiembre del año pasado
La venganza de la geografía, una obra que analiza el mundo actual a partir de
los recovecos y los ardides de la geografía planetaria, y nos provee de las
claves de interpretación para entender la geopolítica y las estrategias de la
economía mundial globalizada. Para ello el libro se divide en dos grandes
apartados.
En el primero Kaplan analiza el desarrollo de un debate histórico ya
antiguo examinando las obras y las teorías de insignes historiadores e
intelectuales
que trataron sobre la materia, como Morgenthau, Spykman, McNeill,
Hodgson, Ratzel, Haushofer o Strausz-Hupé, para proveer al lector de los
vectores interpretativos necesarios para proseguir en la lectura del resto del
libro. En el segundo apartado, posiblemente el más revelador del ensayo, Kaplan
analiza las regiones del mundo que más relevancia poseen en el ámbito político
y demográfico global, esto es, Europa, Rusia, EE.UU., China, India, Irán y
Oriente Medio, un análisis que no solo engloba la actualidad sino la historia
de estas regiones.
Es en este
segundo apartado dónde Kaplan aplica los vectores de interpretación expuestos y
analizados en los primeros capítulos del libro y nos descubre cómo las regiones
y los estados actuales poseen unas líneas de de actuación históricas que en
muchas ocasiones obedecen a las desmedidas fuerzas de la geografía.
Es
sorprendente ver como la historia de Rusia, como la de cualquier otro país, se
explica en parte por su realidad geográfica, y aquí es interesante tener en
cuenta los recientes acontecimientos que han llevado a la “rusificación” de los
territorios de la península de Crimea y del este de Ucrania, analizando las
apreciaciones que Kaplan realiza sobre las líneas “naturales” de expansión
rusas o examinar la estabilidad estatal de la que ha disfrutado China a lo
largo de su historia milenaria y observar sus actuales rutas de expansión
económica en Asia, que le llevan a convertirse en el mayor rival de Occidente a
nivel planetario, e incluso la relación que mantienen los Estados Unidos y
México a nivel demográfico y de inmigración, que recientemente ha vuelto a
copar los medios informativos debido a la voluntad de Obama de regular la
situación de
millones de inmigrantes mexicanos en EE.UU. Una realidad
inmigratoria que pone cada vez más en tela de juicio la política exterior de
EE.UU. que la aleja cada vez más de sus problemas domésticos.
Robert. D. Kaplan
Sin
embargo, a pesar de las más que interesantes apreciaciones que realiza Kaplan,
la obra también posee alguna tacha, como es el hecho de que el repaso histórico
de cada una de las regiones globales estudiadas en el libro sea demasiado
somero, lo que no permite al lector interesado confirmar los datos y las
afirmaciones de las que se le provee. Aunque sin duda, el elemento más gravoso
del ensayo es su concepción desde un punto de vista estadounidense, hecho que
permite al autor valorar los éxitos y los fracasos de otros estados y regiones
desde un ángulo sobradamente “yanqui”, lo cual puede llegar a socavar el valor
de muchas de sus conclusiones.
La falta de
una consolidada perspectiva histórica se muestra, asimismo en el caso del análisis de la actual realidad imperialista norteamericano.
En ella Kaplan
analiza las semejanzas entre la política de los EE.UU. en el ámbito
internacional y la del Imperio romano utilizando las teorías de estrategia
imperial establecidas por Edward N. Luttwak en The Grand Strategy of the Roman
Empire: From the First Century A.D. to the Third, publicada en el año 1976 y
criticada y/o superada tras 38 años de debate en el ámbito de la historia
romana. Un ejemplo este que nos muestra la debilidad de la base de algunos de
los argumentos históricos que nos proporciona el autor.
Si bien,
más que la ascendencia de la geografía sobre la historia, al autor y al lector
lo que le interesa es analizar la influencia de la geografía en la política
estratégica mundial actual, en la que sí que Kaplan pone hilo en la aguja y nos
desmenuza la realidad globalizada con instrumentos de análisis geográficos, un
hecho que sin duda proveerá al lector de una visión más afinada de la realidad
política y geoestratégica que embarga al mundo actual.